Estudiar para un examen puede resultar difícil, sobre todo si se trata de repasar las clases de matemáticas o las lecciones de gramática, pero no tiene porqué ser así. A continuación, verás algunas técnicas y consejos que puedes implementar con tu hijo para que el estudio sea parte de su rutina y, como consecuencia, los repasos para examen no representarán un dolor de cabeza.
- Tener una visión general del tema. Empezar a estudiar sin tener una idea del tema es lo peor que se puede hacer, ya que dificulta la creación de enlaces entre la información que se va a estudiar y la información que se ha aprendido previamente.
- Realizar lecturas e intentar memorizar los puntos y comas que contiene el texto no es algo sensato. Una lectura general es de gran ayuda para lograr conceptualizar. Para aprender a identificar lo más importante de un texto y concentrarse en ello se sugiere comenzar con:
- Título de los capítulos individuales que integran la lectura, ya que otorga una idea general del contenido del texto.
- Subtítulos. En caso de que existan, son de gran ayuda para conocer la división del texto.
- Palabras resaltadas en negrita. Muchas veces, las palabras resaltadas representan conceptos importantes dentro de la lectura. Es bueno detenerse y analizar cuál es el concepto que contienen.
- Establecer la horade estudio. Estudiar por la noche para presentar un examen por la mañana es un método cuestionable, pues no funciona para todos y los resultados no son los mejores, además de que el “aprendizaje” se desvanece rápidamente. La única verdad es que la constancia rinde frutos. Organiza tu agenda para que coincida con la hora de estudio de tu hijo. Repasen juntos los apuntes y, con base en este consejo, puedes establecer la siguiente técnica.
- Estudiar explicando. Tu hijo y tú se encuentran repasando los apuntes del día. Una de las formas más efectivas para almacenar el conocimiento es procesarlo para poder explicarlo de una manera entendible y fluida. Pide a tu hijo que te explique con sus propias palabras los conceptos más importantes. El aprendizaje activo es mucho más efectivo en la práctica que el aprendizaje pasivo.
- Estudiar con la mente despierta. Luego realizar actividad física toda la tarde, lo único que deseas es descansar. Lo mismo pasa con la mente; después de un día ocupado en proyectos escolares u otros exámenes lo mejor es tomar una siesta y, al despertar, comenzar a estudiar con la mente fresca.
- Entorno y ciclos de estudio. Contar con un espacio adecuado para el estudio, alejado de distracciones, con lo necesario para realizar mapas mentales, esquemas y mapas conceptuales (hojas, rotuladores, pizarra blanca) y, en algunas ocasiones, acceso a internet para buscar más información respecto a un tema.
Un profesor particular calificado te ayudará a encontrar el método de aprendizaje acorde a lo que necesita tu hijo para mejorar su desempeño académico. En Tutor Doctor encontrarás profesores particulares calificados que imparten lecciones en la comodidad de tu hogar. Contáctanos hoy mismo.