Cuando el año escolar termina, los estudiantes disfrutan de campamentos y de actividades lúdicas durante las vacaciones, por el lapso de dos o tres semanas. El resto del tiempo de vacaciones los niños se quedan en casa sin mucho que hacer, más que estar conectados, mientras que sus padres cumplen su jornada laboral.
Estudios especializados muestran que durante vacaciones, los estudiantes pierden más de 2.6 meses de habilidad matemática, de lo aprendido en años anteriores, éste fenómeno es conocido como la “pérdida de aprendizaje durante vacaciones”. Lo que ocurre, es que dejan de ejercitar las áreas del cerebro, las cuales generan conexiones sinápticas, esenciales para el aprendizaje. Es por eso que los profesores siempre tienen que utilizar los primeros meses de inicio de clases para volver a ‘refrescar la memoria’ y poder seguir adelante con el currículo.
Una buena forma de atacar los malos resultados escolares, es usar ese tiempo de ocio para nivelar los contenidos no aprendidos y prepararse para volver con las pilas cargadas al nuevo año escolar.
Con un par de veces a la semana por el lapso de un mes, el estudiante podrá nivelarse y afianzar los fundamentos no aprendidos en la época escolar. Podrá iniciar un nuevo año escolar con ímpetu y seguridad en sí mismo, ello hará una gran diferencia en el arranque.
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